Caminar, marchar, recorrer, circular, andar por los diversos caminos hechos de sueños y de imaginaciones. Caminos que brotan de diferentes disconformidades y de profusos descontentos a un mundo que se esfuerza para inspirar competencias, segmentaciones, segregaciones, discriminaciones, fronteras, miedos, violencias. ¡Caminos convergentes que conspiran a los caminos prediseñados, que surgen de otras inspiraciones posibles, que buscan diferentes autonomías para caminar por el mundo!
Caminando el sendero hacemos el camino visible. Nosotros mismos pretendemos ser el cambio que queremos ver. Atravesando resistencias y limitaciones vamos dejando espacio para mayor libertad, dejando que lo complejo se disipe y dando lugar a lo simple, lo concreto y lo esencial, agrietando las fachadas y paredes de los modelos obsoletos, y creando desde nuestros mundos individuales un nuevo camino humano y social.
Crear significa elegir desde la verdadera libertad personal, desde la autonomía. Fusionarnos implica intercambiar y transmitir. Caminar representa que nos mantenemos en movimiento.
Este es un espacio de creación libre y consiente. Para ello decidimos evolucionar trascendiendo “nuestra cáscara” individual y social. Ejerciendo nuestro libre albedrío a cada instante. Animándonos a jugar el juego de la vida, pero despiertos.